Se trata de una serie de factores intangibles que, junto con el salario y los beneficios sociales, forman parte de la compensación total, es decir, de todo aquello que el empleado percibe como contraprestación por el desempeño de sus funciones. En la retribución emocional parece estar la clave, en muchos casos, de la atracción y retención del talento, porque se basa en la experiencia que tiene el empleado en su puesto de trabajo. Algunos factores cruciales en ella son:
En definitiva, la retribución emocional es todo aquello de carácter inmaterial que contribuye a la satisfacción del empleado y a su vinculación con la empresa y sus proyectos, logrando que desee seguir formando parte de ella porque se siente a gusto y orgulloso (el denominado orgullo/sentido de pertenencia). Además de retener el talento, este tipo de compensación tiene un coste muy bajo y mejora los niveles de absentismo y la imagen de su empresa como empleadora.