Se trata en definitiva de poder disfrutar de más días de los que le corresponden al empleado a cambio de sufrir una reducción en su salario (que en función del presupuesto y de la decisión de la empresa no tiene por qué ser la que realmente correspondería a un día no trabajado) pero con la ventaja de no perder antigüedad, mantener la cotización a la Seguridad Social y tener más tiempo para viajar, estar con los hijos, formarse…
Entre las ventajas que esta fórmula, permitida por la legislación, puede conllevar para su empresa se encuentran las siguientes:
• Es una medida interesante para atraer y retener talento. Es una política que ayudará a sus empleados a tener más tiempo para atender asuntos familiares o personales, lo que puede conllevar que sea una interesante medida para atraer y retener el talento. Y es que sus trabajadores se sentirán bien compensados y apoyados por su empresa sin necesidad de que su presupuesto para nóminas se vea resentido.
• Es una buena técnica de employer branding. Unido a la gestión del talento, este tipo de medidas tiene un alto impacto en el mercado laboral, pudiendo atraer talento de otras empresas y a jóvenes titulados, ayudando a que su compañía consolide su posicionamiento como una empresa atractiva para trabajar.
• Tendrá el absentismo bajo control. Esta iniciativa supondrá un reto para el área de recursos humanos, pero lo positivo es que su empresa podrá planificar mejor el trabajo al conocer de antemano las ausencias de sus empleados. Su empresa puede fijar el límite máximo de días que pueden comprar sus trabajadores y decidir si se pueden disfrutar de forma fraccionada (por ejemplo, en horas o días sueltos) o en bloque.
• Su empresa fija las condiciones. Las compañías que ya funcionan con ese sistema suelen exigir algunos requisitos, como que no queden días pendientes de vacaciones para poder «comprar» otros adicionales o que el trabajador tenga una antigüedad mínima en la empresa para poder disfrutar de este beneficio. Además, la mayoría fija un periodo mínimo de preaviso (15 días, 20 días…) en que el trabajador debe comunicar que quiere comprar vacaciones y la fecha en la que pretende disfrutarlas. Además, es aconsejable someter la autorización de compra a la aprobación del jefe directo del empleado y reservarse el derecho de la empresa a denegar la petición del trabajador por razones productivas, técnicas u organizativas.
• Puede usarlos como retribución variable. También se puede plantear el disfrute de días adicionales de vacaciones como una fórmula para incentivar la productividad de sus empleados. Por ejemplo, si un trabajador cumple los objetivos establecidos para el periodo actual, puede acceder a «x» días de vacaciones adicionales como compensación a su esfuerzo.